Buenas a todos.
He de reconocer que, después de tantos tiempo, casi me hace gracia escribir un post de despedida. Al menos me tenéis que reconocer que he intentado en varias ocasiones retomar el blog, pero las ganas con las que comenzó el proyecto en enero de 2010 no han regresado nunca. ¿Que por qué no vuelvo a intentar retomar el blog? Pues porque, en el fondo, ya lo he retomado. Pero es otro proyecto, con otro nombre, en otro lugar y con un propósito ligeramente distinto.
Como ya os conté a principios de año, decidí comenzar a publicar el catálogo de mapas que he ido acumulando en una web (Mapas Milhaud), donde ya hay subidos casi 400 en lo que va de año. Para complementarlo, decidí comenzar una newsletter sobre mapas (Mapas Milhaud, en Substack). La idea original era mandar una newsletter semanal con algunos mapas y recomendaciones, sin grandes pretensiones, pero, poco a poco, el proyecto ha ido transformándose en otra cosa. Ahora utilizo los mapas para contar a través de ellos historias o tratar cuestiones que me parecen de cierto interés. Y así ha sido como, sin darme cuenta, he reconstruido el blog en otro lugar. Con ganas y con mucha ilusión. Si queréis seguir estando al tanto de todo esto, os recomiendo que os apuntéis a la newsletter aquí – No os defraudará.
Por ello, después de varios meses, me parece que lo más honesto es poner punto y final a Recuerdos de Pandora. Han sido 369 entradas a lo largo de 14 años en las que escribí sobre cualquier cosa que se me pasaba por la cabeza. Os tengo que agradecer la gran acogida que tuvo este blog, con más de 17,5 millones de visitas a lo largo de toda su existencia. Evidentemente, muchas más durante los primeros cinco años que el blog estuvo realmente vivo, bastantes menos cuando ha estado dormitando.
Empecé todo esto con 27 años y ahora ya tengo 41. Os reconozco abiertamente que echo la vista atrás y me gusta bastante poco lo que me encuentro. Eso no quita que siga estando orgulloso de todo lo que escribí y asumo que simplemente mi perspectiva es distinta: he crecido, la vida me ha cambiado, y he aprendido con todo lo que he estudiado, con lo que he leído y con mi propia experiencia vital (aquí familia y amigos han sido clave, como no podría ser de otra forma).
Tampoco os quiero aburrir más, ya que, por suerte, lo único que finaliza hoy es este blog. Yo seguiré inmerso en los proyectos que os he comentado y alguno otro en el que llevo tiempo trabajando. Y también seguiré dando la tura en redes sociales (aunque mucho menos de lo que acostumbraba, por mi propia salud mental): Bluesky, Mastodon o Twitter.
Mantendré el blog vivo hasta final de año, entonces llegará el final definitivo (esto, de momento, es solo la despedida).
Muchas gracias a todos, y seguimos leyéndonos.
