Somos muchos los que, en incontables ocasiones, nos hemos sentado frente al mar y hemos pensado en su inmensidad. Como persona de interior, cada vez que me encuentro en la costa, encuentro inevitable poner la vista en el horizonte, allá donde el mar y el cielo se juntan, y dar rienda suelta a la mente. Una de esas cosas que se pasan por la cabeza de forma recurrente es pensar en qué es lo que habrá al otro lado de esa gran masa de agua.
Para ello, poniéndonos técnicos por un momento, habría que trazar un círculo máximo que pase por el punto de la costa (y en perpendicular a la misma) hasta llegar a otra costa al otro lado. El arco de ese círculo máximo que queda delimitado por los dos puntos de costa supone la mínima distancia que se puede recorrer entre esos dos puntos. Dada la curvatura de la Tierra, estas líneas no son rectas en sí, pero es sencillo simularlas por nosotros mismos tomando un hilo o una cuerda y tirando desde dos puntos de un globo terráqueo.
Siguiendo esta idea, que ya exploró hace algunos años Andy Woodruff en Beyond the sea, Dominic Royé y Diego Hernangómez han publicado un conjunto muy interesantes de mapas en los que se muestra la costa de qué país nos encontraríamos desde cada punto de la costa mediterránea de España. La variedad es más que interesante, aunque cinco países destacan por encima del resto: Argelia (31% de la costa), España (31%), Marruecos (17%), Italia (9%), Francia (7%) y Túnez (2%). El resto de países, entre los que se encuentran Libia, Egipto, Malta, Israel y varios países de América, no superan el 0,5% de la costa.






El problema tiene una complejidad técnica. Para no caer en la paradoja de la línea de costa, con la cuál podríamos terminar hablando de fractales hasta llegar a un punto final inexistente, Dominic ha tenido que definir una resolución media de 100 metros entre cada uno de los puntos de costa elegidos. Uniendo los puntos entre sí se forma una secuencia de vértices y líneas con una dirección concreta que permiten tomar la perpendicular y trazar el círculo máximo hacia la costa más cercana. El proceso es semejante al descrito en este artículo y, tal y como me ha comentado Dominic, están trabajando en un artículo en su blog en el que ahondarán en los aspectos técnicos.
Una peculiaridad de este problema es que el problema no es una función biyectiva. Dado que los vértices y la línea trazada están definidos en la costa de origen, si las mismas líneas se trazasen desde la costa destino está prácticamente asegurado que estas llegarían a otro punto distinto del Mar Mediterráneo.
Una última cuestión que recalcar: en todo momento estamos hablando de las líneas y lo que se encuentra al lado del horizonte, no de la visibilidad desde la costa. La costa está a altitud de nivel del mar (a excepción de un puñado de acantilados) y, en la mayoría de los casos, lo que se verá en el horizonte será la unión entre el cielo y el mar, a excepción de aquellos lugares en los que la distancia a la costa más cercana sea lo suficientemente corta. Esto nos lo podemos encontrar en bahías, golfos y estuarios, así como en estrechos como el de Gibraltar.
El problema de la visibilidad de tierra desde cada punto del mar Mediterráneo es también bastante complejo y poco fácil de solucionar. Por si os interesase, os recomiendo que echéis un vistazo a este artículo de Zoran ?u?kovi? en el que se analiza hasta puntos a 150 kilómetros mar adentro para determinar en qué zonas del Mar Mediterráneo se ve costa. Lo que por cierto resalta la gran importancia que tuvo el Faro de Alejandría.
PS: Este blog ya ha llegado a su fin. Si quieres seguir viendo contenido semejante, te recomiendo que visites la nueva web o te apuntes a continuación.